Una madre de Balerma busca concienciar a la población sobre la donación de órganos

marilola-benavides-balermaLa pequeña Mariló nació el 19 de febrero de 2013 y al principio todo fue bien hasta que sus padres se dieron cuenta de que lloraba mucho, aunque los médicos solo le diagnosticaron un simple cólico del lactante. Como explica la madre de la pequeña, Mariló Benavides, «al mes comenzamos a notar que tenía un color amarillo en la piel, y fuimos hasta Torrecárdenas donde le realizaron muchísimas pruebas, tantísimas… hasta que se dio con lo que padecía, atresia de vías biliares», aclara esta vecina de Balerma. Y es que la atresia biliar es una obstrucción de los conductos que transportan un líquido llamado bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar, y se da cuando las vías biliares dentro y fuera del hígado no se desarrollan de manera normal. De hecho en los bebés que sufren esta patología, se presenta una obstrucción del flujo de bilis del hígado a la vesícula, lo cual puede llevar a daño hepático y cirrosis del hígado, que si no se tratan pueden llegar a ser mortales. «Por eso tenía ese color, porque la ausencia de vesícula no le permitía desechar su bilis, sus heces no tenían color, su orina era oscura, y cuando la diagnosticaron esta patología decidieron intervenirle con la técnica de kasai», relata Mariló.

Así, tras la operación que se practicó en Torrecárdenas y que duró más de siete horas, «los niveles y perfiles hepáticos seguían igual, así que su equipo médico decidió trasladarla a Córdoba para un estudio de trasplante porque su hígado se había dañado», añade esta madre ejidense. Como recuerda, «allí nos recibieron y arrancó el estudio, el 24 de septiembre ingresó en la lista nacional de trasplantes mientras nosotros continuamos batallando cada día, con rigurosos cuidados, con mucha medicación y observando día a día sus síntomas, extremando lo que le pueda perjudicar, ya que tiene además riesgo de colangitis y de un largo extendido etcétera, pues ya cuenta con una variz esofágica». Mientras, la pequeña Mariló, «es una niña muy risueña y posee una fuerza admirable, nos está enseñando a tener paciencia en este largo camino, día a día». Mensualmente además, acuden al Hospital Reina Sofía de Córdoba para su revisión.

El coraje de esta madre además le ha llevado a realizarse las pruebas de compatibilidad, «por tenerme como comodín, como caso extremo, por si le llega un nuevo hígado y lo rechaza o por si no llega ninguno», señala angustiada al mismo tiempo que pide, «concienciación de la sociedad, porque cuando desgraciadamente ya no hay nada que hacer y una persona fallece, en este caso un bebé, quizás esos órganos pueden servirle a otra pequeña como a mi hija». Según valora, «los órganos los necesitamos en la tierra, en el cielo no hacen falta, y además aquí pueden ayudar a salvar muchas vidas».

Mariló agradece a todas las personas que ya se han hecho donantes su solidario gesto, e invita a quienes aún no hayan dado este paso a hacerlo mediante una llamada al 901 40 00 43. Sus ganas de luchar por su hija y por una causa la cual considera más que nunca vital, también le han llevado a valorar la opción de crear una asociación en Almería para familiares y afectados por trastornos de las funciones hepáticas y trasplantes. Porque la cuenta atrás continúa para Mariló y para miles de casos como el suyo.

Fuente: Elizabeth de la Cruz | Ideal


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