Introducción «La Pesca en Balerma»
Hace entre cinco y diez mil años que llegaron neolíticos a las playas de Balerma. Para el Padre Tapia Garrido, la actividad pesquera en época pre-romana sería mantenida y potenciada por Murgis. En la época romana se cuentan con las pesquerías y las factorías de Abdera, Cabriles y Turaniana. La fábrica de salazones de Cabriles, situada al sur de Murgis según Sculten beneficiaba la pesca de Balerma. Los peces necesarios para la fabricación del garo no era un obstáculo al contar con pesquerías como Balerma. La fabricación del garum realizada en Abdera, Adra, necesitaba la materia prima; los peces y la sal. Las pesquerías de la costa, entre las que se encontraba la de Balerma, contribuyen con el pescado para fabricar el garo. El nivel de vida de los pescadores era bajo y en ocasiones bastante precario.
La Edad Media
Durante la edad media se siguió beneficiando la pesquería. Se solía salir a pescar “ al cuarto del alba ”. El pescado fresco se llevaba a vender al interior en capachos, bien metidos en sal, que los arrieros compraban en las salinas de los cerrillos. Las pesquerías capturadas eran, en su mayor parte vendidas en Dalías y en otros puntos de la Alpujarra, aunque rara vez en fresco, y así, en cambio el salazón y de cuyo trabajo se ocupaban dos vecinos de la costa.
Contamos con una receta de la época recordada por Ibn Luyun: “ Al-Sir son pescados pequeños que se secan al sol con sal y después se machacan. Luego se les echa una cantidad de sal equivalente a la cuarta parte del pescado y se completa el preparado añadiendo polvo de carbón. Es conveniente poner algo que le de un sabor agradable, como las horas de la toronja. También se puede preparar, cociendo en agua y sal estos pescaditos y agregando algo que los sazone. Tras haberlos pulverizado, se secan al sol en forma de tortas ”.
Siglo XV, en manos de los moriscos
Durante el siglo XV la pesca continúa en manos de los moriscos, vecinos de Dalias, que faenaban en la costa desde tiempo inmemorial. El nivel de vida de los pescadores era bajo y bastante precario, teniendo que soportar algunas cargas y restricciones por razones de seguridad. Un documento del Archivo de la Alhambra de Granada (L.186-19) hace alusión a la existencia de barcos en “ dicha pesquería, donde han estado desde tiempo inmemorial ”.
La pesquera era un lugar en que centraban su atención los monfíes, ya que encontraban barcas con las que poder pasar a Berbería, utilizando el fondeadero como base de las operaciones llevadas a cabo en el interior. Es por esta razón por la que las pesquerías estaban controladas y era necesario pagar un impuesto para sostener un sistema de vigilancia. Tapia narra en “ la costa de los piratas ”: “ cuando los Reyes Católicos rodearon en 1492 que los moriscos se retiraran una legua de la costa, esto le suplicaron que le dejase estar en ella para pescar, obligándose a pagar a los guardias que fueran necesarios y resarcir los daños que causaron los piratas ”.
Siglo XVI, problemas en la pesquería de Balerma y organización de la defensa
De aquí nació la organización de la defensa de la costa y el impuesto de la farda a pagar por los moriscos del reino de Granada. Con esto, los pescadores de Balerma tuvieron que pagar la guarnición que se encargaba de vigilar la costa ante la reiterada presencia de embarcaciones piratas, además del impuesto de la farda, que era una contribución que pagaban los moros y judíos en los reinos cristianos. El 26 de julio de 1501 se dispuso «que ninguno, moriscos recién convertidos, pueda tener barca ni jabeque de pescar ni en otra manera si no fuera asegurado por todos los vecinos o morados de la ciudad o lugar donde dichos pescadores vinieran”.
A mediados del siglo XVI (1552) hay problemas en la pesquería de Balerma, creado por la inseguridad reinante en la costa. El 28 de Abril de 1552 la armada de Alí Amate echa la gente a tierra junto a la torre de Balerma, sube a robar uno de los lugares de la taha de Dalías, pidiendo precios muy altos por el rescate.
Para la pesca se utilizaba un pequeño buque, mixto de vela y remo, llamado jabeque, que arbola tres palos, el mayor en candela, el mesana con cangreja y el trinquete con vela latina; este tipo de buque era bastante utilizado en el Mediterráneo.
Fuga de dieciséis Monfíes
Una fuga de un grupo de dieciséis monfíes llegaron a Balerma en 1552 capitaneados por García Zabarra que era Virgitano, en el amanecer del día 14 de Marzo, aprovechando un descuido de los guardas de la torre se apoderaron de un jabeque de los pescadores, le pusieron como vela una sábana, que llevaban a prevención y se hicieron a la mar rumbo Tetuán. El capitán Diego de Herrera, Abderitano, envió en su persecución una barca con soldados, que los alcanzó tres leguas mar adentro, llegaron al abordaje, soldados y monfíes «se tiraron los facazos”. Un fuerte viento separó las embarcaciones, arrastrando el jabeque ochenta kilómetros hacia levante y dio con él de través en una de las calas de Cabo de Gata.
“ En el segundo tercio del siglo XVI Diego de Vargas, vecino de Trujillo, construye por concesión real una torre fortaleza sobre el fondeadero de Balerma, para guarda de la pesquera que se guarece en su playa, sostiene en la torre un alcalde, y cobra alcábalas a los pescadores que pagan además una guarnición de cuatro caballos y seis peones ”.
Tierra insegura en el siglo XVI
La situación privilegiada de la pesquería da lugar en 1555 a que salgan dos barcas de pescadores, la del Tauri y la del Pinel, con moriscos de Dalías con destino a Berbería, decidiendo huir en un secuestro de bienes. El mismo alcalde de Balerma, Cristóbal de Caballos, informa en 1557 el capitán general “ que la tierra no estaba segura y hay moros en ella ”.
Prueba de esta inseguridad es la presencia en octubre de 1563 de un bergantín berberisco. El bergantín merodeaba por las proximidades de Balerma con el objetivo de cautivar pescadores. Estando frente a Balerma se cerró una noche oscura “ que no veían y se les antojaba que los montes eran mar, y así, cuando no se percataron, se hallaron en tierra ”.
Zona de huida de los moriscos de Dalías
La guarnición quedó reducida a dos soldados de a caballos y uno de a pie en 1565. En un documento de la época, fechado en 1567 se puede leer “ bienes del Gancis: no se hallaron ningunos, que era pobre y trabajaba en el mar: ”, “ todos estos dichos bienes son de la primera barca que se fue y se llevaron del Tauri en Malerva. Los bienes de los que pasaron en la segunda vez en la barca de Pinel: en la dicha Malerva ”. Archivo de la Alhambra (L.248-60)
Esta zona de la costa era elegida por los moriscos que decidían huir de Dalías, ya que ofrecía unas condiciones idóneas debido a la concentración de barcas de pesca; barcas que pertenecían a la población morisca. Los moriscos abandonaron Dalías en 1570, quedando la pesquería de Balerma abandonada.
Años de trabajo duro
Son años de trabajo duro donde el principal medio de vida de la población balermera es la pesca. La pesquera necesita un sistema de vigilancia para garantizar la actividad, que encontraba muchos enemigos que, en ocasiones realizaban incursiones al interior. Este sistema de vigilancia tenía una contrapartida ya que los pescadores además de pagar sus impuestos como cualquier otra persona tenían que sostener la guarnición encargada de la defensa.
A partir de este momento hay que hablar de una nueva etapa de la actividad pesquera, en poder de los moriscos durante mucho tiempo y aportando grandes beneficios a pesar del sistema de impuestos que tenían que soportar los pescadores.
La pesca pasará a manos de la sociedad repobladora, de manera cualificada, por la circunstancia de que son “ los más de los vecinos pescadores y estereros ”, según pone de manifiesto el auto de la visita que, el 29 de marzo de 1574 hace a Dalías Juan Rodríguez de Villafuerte – Maldonado. Con salida de los moriscos de Dalías la torre de balerma es abandonada, y por tanto desaparece la guarnición que en ella se encontraba. Una vez la pesquería en manos de la nueva sociedad se solicita para guardar la costa la presencia de soldados a caballo.
Castillo de Balerma
Según Madoz la torre se halla próxima a la mar, es de forma redonda, de 20 varas de altura, con puente levadizo, y sirve de alberque a los carabineros de costas.
Un alcalde dependiente del presidio de Adra es nombrado para la custodia del Castillo de Balerma, y era encargado de las alcábalas de la pesca, que era un tributo del tanto por ciento del precio que pagaba al fisco el vendedor en el contrato de compraventa y ambos contratantes en el de permuta.
De 1555 a 1559 fue alcalde Cristóbal de Cabalos, que tan pronto tomó posesión de su cargo, recordó al marqués de Móndejar, capitán general de la costa, que su padre había dispuesto que hubiese en la torre gente de a caballo, para mejor guardar la tierra y las barcas que allí pescaban para que “ los monfíes y omizianos no puedan hacer daño ninguno ”.
Esta comunicación hacia referencia al desembarco efectuado por Alí Amate en Balerma y el consiguiente saqueo de Dalías al estar desguarnecidas, al llevarse el capitán Diego de Herrera las barcas al varadero de Adra y no querer devolverlas a su lugar de origen. De esta manera Dalías se veía privada de los frutos de la pesquería de Balerma. El capitán general ordenó la devolución de las barcas y se guardarán las ordenanzas de las pesquerías.
Siglos XVII y XVIII, incremento de la actividad pesquera
Durante los siglos XVII y XVIII la actividad pesquera se ve incrementada, son más de 200 personas trabajando en la pesca, Del estudio de las cifras se puede decir que la pesca en Balerma alcanza tal magnitud que practica la totalidad de la población en este sector y obteniendo grandes beneficios, ya que es una zona rica en pesca y el pescado es de gran calidad.
Del Catastro del Marqués de la Ensenada se desprende que en el siglo XVIII existen 13 barcas de pesca, que produce cada una mil reales, emplean trece arreases que ganan 250 reales y trece sotoarraeces, que ganan 200 reales; cada barca emplea 20 pescadores, que ganan como los jornaleros del campo dos reales y la comida cuando trabajan.
Texto del Catastro de Ensenada
Texto del Catastro de Ensenada: “ Así mismo en esta villa se registraron trece barcas de pesquería en las playas del mar Mediterráneo una legua distante de la población, a la parte del poniente, pertenecientes a vecinos securate de esta villa, que sus productos se regularon en la respuesta treinta y siete, del interrogatorio letra A con distinción de los dueños de otras barcas a razón de mil reales cada una al año, separando el producto, o utilidad, que regularon a los Arreases, sota Arreases y trabajadores que otros trece mil iban cargados en los respectivos pliegos de los dueños y anotados en el formulario letra E ”. “ Así mismo en esta villa, para las trece barcas pesqueras, que van expresadas, hay trece vecinos, con el nombre de Arreases y otros trece con el de Sota Arreases. Y a los primeros regularon doscientas cincuenta y de utilidad al año a cada uno, y a los segundos doscientos. Y así mismo para cada barca veinte trabajadores, que comprenden doscientos, y sesenta, que regularon a la clase de jornaleros. Sus utilidades, estas cuatro clases, componen doscientas noventa y nueve personas y todos matriculados; que estas y las de los otros Arreases y Sota Arreases importan cuarenta y cuatro mil ochocientos, cinta vellón; cuyas cantidades, van cargadas en los respectivos pliegos y anotadas en su correspondiente estado letra G ”.
Crece el número de pescadores
La pesca era abundante de ahí que hubiera gran número de pescadores dedicados a esta actividad. En 1739 el marqués de Valdecañas afirma que en las inmediaciones del Castillo de Balerma hay gran número de pescadores, “ asiste en su inmediación número grande de pescadores ”,” todas estas playas son acomodadas para pescar y almadrabas ”. En una entrevista mantenida con los pescadores nos confirman la existencia de una almadraba en Balerma.
Contamos con el testimonio de Bucarelli y Ursúa, mariscal de campo, quien afirma que en el antiguo Castillo de Balerma “solo hay algunas casillas de pescadores y una pequeña capilla en la que se dice misa los días festivos ”. Archivo General de Indias de Sevilla. Indiferente general. L.3.121.
Mediados del siglo XIX, llega la estabilización
En 1846 Pascual Madoz hace referencia a Balerma al hablar de la existencia de una torre y casas que son habitadas por algunos vecinos que se ocupan de extraer pescado del mucho que se cría en esta playa. Esta misma aclaración realiza el cuerpo de ingenieros militares en la visita que realizan a Balerma en 1849 a unos trescientos pies hay otras que habitan pescadores y guardas de unas salinas poco distantes.
Desde mediados de siglo XIX se estabiliza la situación en la pesquería, que cuenta con catorces barcas, viviendo la población de los beneficios generados por la pesquera.
Manuel Rodríguez Carreño comenta: “ dista del mar sesenta pasos, sobre un lecho de arenas que forman en este sitio una playa despejada y extensa. Es de reciente construcción y contiene setenta casas de sólo un piso y una ermita, todas al abrigo de un fuerte de figura de cubo, con veinte pies de alto y puente levadizo, que ocupan siempre los carabineros de la costa… los habitantes viven exclusivamente de dicho oficio (la pesca) y de las utilidades que les reporta la estancia de los bañistas…” Estas afirmaciones de Manuel Rodríguez no hacen nada más que corroborar que existía un poblado que tenía como principal actividad la pesca, y que el medio ofrecía unas condiciones favorables.
Balerma consta en 1920 con 1.324 habitantes. La abundante y rica actividad pesquera alcanza su punto máximo en el primer tercio del siglo XX, ocupando la segunda posición en la provincia; dedicándose a la pesquera el 99,6% de la población activa total. La economía descansaba sobre el trabajo de los hombres de la mar. Los barcos de vela y remo eran varados con yuntas de bueyes. La venta del pescado se realiza en la orilla de la playa, ya que no existía lonja en la que dar salida a la abundante pesca capturada.
De Adra y Roquetas hasta Balerma
Personal de Adra y Roquetas se desplaza hasta Balerma para participar en el trabajo pesquero. Se puede afirmar que hacia 1925 existían en Balerma entre 30 y 35 sardinales, 8 o 10 canteros y 7 parejas con 20 hombres cada una y dedicadas a la pesca de mariscos; cada pareja capturaba entre 30 y 40 canastos de pescado diario. Las artes que utilizaban eran: barcas, sardinales, palangre, nasas de besugo e incluso una almadraba. De estas artes solo el palangre se está utilizando en la actualidad y en periodos muy determinados, ya que el número de piezas que se pueden capturar con este arte vaya en descenso a causa de los “escopeteros”. El palangre es un arte realizado de cáñamo, en la actualidad ha sido substituido por nylon. –
Las Artes de la Pesca
El sardinal es un arte de pesca utilizado para la captura de la sardina por el procedimiento de pesca a la deriva aprovechando el viento, la corriente y la marca. Son unas redes de forma rectangular, con mallas de 2 a 2,50 cm.
El lado del cuadrado, con corchos en la parte superior y plomo en la inferior, son calados de noche: bien a la puesta del sol, bien antes de la salida, conociendo que hay pesca enmallada al hundirse unas boyas que lleva en la relinga superior para sostener la red.
Se cala a varios metros bajo la superficie del agua, la red se recoge por el extremo que primero se caló metiéndola a bordo para desenmallar la pesca; en esta operación trabajan las mujeres y los niños cuando las embarcaciones llegan a la orilla de la playa.
Esta red es confeccionada en ocasiones por los propios pescadores. Para este tipo de pesca se utilizaban barcas pequeñas tripuladas en muchas ocasiones por individuos de la propia familia. Para recoger la pesca que sale de las redes emplean salabes o salabardos o sedeños, que se siguen utilizando en la actualidad.
Pesca con pareja
Para la pesca con pareja se emplean dos embarcaciones a vela para arrastrar la red. Las dos embarcaciones salen de la playa y cuando llegan al lugar elegido el barco que conduce el arte abordo se encuentra viento en popa con la escota cargada, aguantando la red firme por los cordelones de cada calón, y quedando francas las garzas; se atraca la segunda embarcación y da a la primera su cabo de cala, que amarran a la gaza del calón de aquella banda, dejando las dos embarcaciones la red libre para que se extienda y cale al fondo; ambas embarcaciones empiezan a moverse y se separan convenientemente.
El viento debe ser suficiente para que durante la corrida quede abierta la boca de la red; ya que si es escasa la velocidad de las embarcaciones arrastras demasiado o se entierra su relinga de plomos y si la velocidad es excesiva se levanta del fondo toda la red, se cierra su boca y no se pesca. La red suele ser aproximadamente de 18 metros de largo, Formada por dos bandas, con corchos en las relingas altas y plomos en la baja, una manga de 5 o 6 metros y el copo de 2 a 3 metros. En el interior del copo, enlazado entre las mallas y asegurados con hilo fuerte de vela van tres aros de diferente tamaño, de madera flexible, para mantener el hueco la tapizad del saco, y que en el arrastre permanezcan las mallas estiradas, esculpiendo con facilidad el lodo, arenas, algas, etc…
En cada una de las manillas del copo lleva una bola de plomo para que la red arrastre sobre el fondo suavemente. Para revolver el fondo y enturbiar el agua para aturdir y cegar a los peces, se colocan pendientes de los cabos que sirven para el tiro unas gruesas piedras. La tripulación compuesta de 5 o 6 hombres, trabaja a sueldo y perciben de 100 a 125 pts cada tripulante más el pescado para comer y alguno para sus casas. Se utilizan embarcaciones ligeras con cubiertas, quillas laterales y aparejo latino muy espigado.
1927, ciclón en Balerma
El 12 de Abril de 1927 Balerma se ve afectada por un ciclón, quedando las casas de cañas de pescadores destruidas.
La economía Balermera va a dar un giro de 180º a partir de 1925, año que marca el inicio de la crisis de la pesca; podemos enumerar las siguientes causas de la caída pesquera en Balerma:
- – Falta de infraestructura portuaria.
- – Servicios accesorios adecuados.
- – Competencia surgida con la introducción de la tracción a motor en las embarcaciones.
- – Revolución de las técnicas de producción, que arruino a los pequeños pescadores.
A consecuencia de la crisis tiene lugar una importante emigración de pescadores de Balerma, principalmente hacia Almería y Adra (que contaban con la infraestructura portuaria y servicios adecuados para llevar a cabo una fuerte inversión en las nuevas técnicas). En cinco años el número de habitantes dedicado a la pesca bajó considerablemente, sólo el 23,7% de la población activa se dedicó en 1930 a la actividad pesquera.
Este número de personas dedicadas a la faena pesquera ha llegado en 1993 a 20, es decir, el 0,6% de la población activa. ¿Desaparecerá la pesca artesanal en Balerma?. Si no se pone en marcha las medidas necesarias y de forma urgente. Está claro que pasará a ser una actividad deportiva, pues son muy pocas las personas jóvenes que aún muestran interés en mantener en pie un trabajo milenario.
Situación actual en el sector pesquero
La pesquera ha sido tradicionalmente la que mayor importancia económica ha tenido en Balerma, practicada desde tiempos prehistóricos. En la actualidad ocupa un lugar secundario siendo superada por la agricultura o cultivo bajo plástico; viviendo momentos difíciles al encontrarse la pesquera en retroceso. Los problemas causantes de esta disminución son:
- – La pesca furtiva.
- – La pesca de arrastre.
- – Futuro incierto por los hijos de pescadores.
- – La no construcción de un puerto.
Hoy en día la actividad pesquera queda reducida a unas pequeñas embarcaciones que aplican métodos de pesca milenarios y realizan su trabajo en la zona costera, sin adentrarse mucho en el mar – dos o tres millas – , en fondos poco profundos (16 brazas aproximadamente) en los que predomina el fango y la arena, con utilización de técnicas tradicionales – trasmallo y palangre -.
El trasmallo es un arte de enmalle que consiste en una red que cuelga desde la superficie del agua hasta el fondo, con ayuda de flotadores y plomos, capturando los peces al embestir contra las redes, los peces realizan movimientos intentando salir, que hacen que se enreden más llegando a formar una especie de bolsa. Este arte se compone de tres redes, siendo las dos exteriores de malla más clara y la central de hilo fino y más tupida; es en la malla central donde se enredan los peces tras cruzar las amplias mallas de las redes exteriores.
El arte se cala desde la popa de la embarcación en sentido paralelo a la línea litoral. A la hora de recoger el arte se ayudan del halador y se va desenmallando el pescado que viene en la red. Se suele calar en verano desde el atardecer y en invierno “del alba” hasta la salida del sol. La pesca de trasmallo se realiza durante todo el año, consiguiendo un pescado de calidad; salmonetes, brecas, besugos, pargos, herreras, arañas, meros, brótolas, parguetes, lenguados, jibias, gallinetas, chopas, jureles, bogas, lachas…
Palangre, la pesca tradicional
El palangre es la pesca tradicional; utilizar varios aparejos y anzuelos fondeados con ayudas de plomos. Cada capacho está formado por un cordel largo (de 100 a 200 metros) y grueso llamado cabo madre provisto de ramales más finos llamados brazoladas o reinales fijado al extremo de cada uno de ellos un anzuelo – unos 30 anzuelos en cada palangre -.
Son capachos de esparto. Se cala paralelamente a la línea de costa en fondos rocosos, y un pescador va echando por la popa el aparejo mientras otro va sacando los palangres de los capachos.El cebo que se utiliza es sardina, pota, lacha, boga, caballa, jurel…
El aparejo es recogido por la proa del barco con ayuda del halador, el pescador va desenganchando el pescado y colocando los palangres en sus capachos. Se cala “de alba” en verano y es recogido en pocas horas; en invierno se cala al atardecer y se recoge a la mañana siguiente para regresar a la zona de la playa. Las especies capturadas son pargos, chernas, brótolas, meros, gallinetas, morenas, gorazos, abadejos, cocobas, chuchos, dentones, rayas, doradas, corvinas, salcillos, chopas, besugos, brecas, lisas, etc…
Asociación Amas de casa «Malerva» con la colaboración de Antonio Peña Fernández.