Familia González completa en el patio de su casa de Balerma justo antes de la guerra.
Partiendo de una serie de protagonistas de su propia familia o escogidos entre balermeros de toda la vida, el director y productor José Sánchez-Montes, va contando en el documental Me acuerdo perfectamente la turbulenta relación entre los González, antiguos propietarios del pueblo, y sus colonos. Partiendo del siglo XIX, que es cuando Francisco González Padilla se pelea a golpes con el Gobernador de Almería y sale huyendo hacia Granada hasta nuestros días, al pasar por Balerma compra una enorme finca y desde entonces hasta finales de los 70 la familia mantuvo la propiedad y una intensa relación de amor y odio con el pueblo y sus habitantes.
Finalmente un levantamiento inusitado de los colonos apoyados por la Iglesia de la época, consigue que los González vendan sus tierras y a partir de entonces florece la agricultura, mueren las artes tradicionales de pesca, llegan los primeros marroquíes y se desencadenan los sucesos de El Ejido. “Protagonistas principales de la historia son mi propia madre y mi tía Lourdes, que cuentan con más de 84 años; José el Pollo, que fue el antiguo dueño de la famosa Lonja de Balerma; Francisco el Mantillina, un ser extraordinario y polifacético; su hijo Jesús, antiguo dirigente del Movimiento Comunista de Andalucía; Fatouma Toulkhami, una de las primeras magrebíes que llegó a Almería a finales de los 50; José Ferrer, el anciano electricista del pueblo; el ya mencionado Paco Ferrón, el Bigotes, único representante de la pesca balermera o Don Emiliano, el sacerdote que inició la revuelta contra mi familia”, explica a La Voz de Almería el director. Todos ellos dan su versión de la historia que han vivido pero además derrochan simpatía y buen humor.
Lo que cuenta la película es una versión más o menos documentada de la transformación brutal que ha tenido una zona en la que se han producido con una velocidad vertiginosa unos cambios sociales y económicos que han subvertido todo el status quo y que son extrapolables a todo el país. Pero además recorremos en un hora un siglo de la historia de Andalucía y de España, desde la República y la cruenta revuelta de los militares africanos que provoca la Guerra Civil hasta las terribles hambrunas de la posguerra, las revueltas campesinas contra los caciques, la llegada de la democracia y la autonomía, el auge de los invernaderos que convierten el Campo de Dalías en la despensa de Europa, lo que provoca la llegada de los inmigrantes y los conflictos raciales hasta llegar a la actual crisis económica y de valores.
Afirma el director del documental que lleva pasando las vacaciones en esa zona desde que nació. “De hecho aprendí a nadar antes que a andar en aquella playa de la Balerma de los 60 en la que todo era muy diferente”, cuenta. “Mi familia, los González, había ido a pasar los meses de vacaciones durante cuatro generaciones, desde que el tatarabuelo minero compró todo el pueblo y más de 1000 hectáreas de secano”, añade.
Sánchez-Montes se declara balermero y “un admirador de esas gentes que han sido capaces de luchar por su tierra y, una vez que era de ellos, transformarla sin miedo, arriesgando lo que no tenían para apostar por un futuro mejor para sus hijos”.
Para el hay otra faceta del Campo de Dalías que realmente le da “mucha pena”. Se refiere a “la desaparición de la pesca, una actividad que fue el medio de vida de tantas generaciones”. “En Balerma tan solo queda hoy un profesional de la mar, mi amigo Paco El Bigotes, que mantiene viva en solitario una pasión que parece condenada a desaparecer”, relata.
Para el, que lleva más de 30 años de profesión, analizando en sus películas las vidas de otros, de artistas tan importantes como Camarón, Enrique Morente, Eva Yerbabuena o Bola de Nieve, resultaba obligado un acercamiento a su propia historia y es que lo que le habían contado desde niño era toda una novela.
Buscando fecha para que todos la vean
“La verdad es que estoy deseando proyectar la película en Balerma, preferiblemente al aire libre y ver la reacción de los balermeros. No tengo ni idea de cual será su reacción, pero si que debo dejar claro que no es una Historia con mayúsculas sino una sucesión de historias, anécdotas divertidas y personajes absolutamente fascinantes que, entre todos, dan cuerpo a un relato pensado para entretener a la audiencia”, dice el director.
Publicado en La Voz de Almería
