El amor de Balerma a la Virgen de las Mercedes

El viento de poniente fue uno de los protagonistas del sábado 15 en Balerma. Aunque apenas soplaba, fueron unos días consecutivos de viento que dejaron la marea levantada. «¿Se podrá embancar?» Las miradas apuntaban al mar durante todo el día y desde hace una semana. Se dudaba del tradicional embarque de la patrona, la Virgen de las Mercedes. 

Por Lorenzo Rubio Imagen de la Virgen de las Mercedes a la salida de la iglesia. Por Lorenzo Rubio.

Día 15 por la mañana. Es sábado, fin de semana, y se espera que Balerma esté llena de visitantes que se acerquen a contemplar las tradiciones que este núcleo costero tiene con su patrona. Además, la brisa fresca de poniente hace que la temperatura sea agradable. O al menos más agradable que si no hubiera viento. El calor no iba a ser un impedimento para salir al paso de la Virgen.

Pasadas las 12 del mediodía, como es costumbre, se reza el ángelus y se parte en romería hacia el parque El Palmeral. Abundan los gorros, gorras, gafas de sol y abanicos para hacer la travesía más agradable. Aunque la temperatura ronda los 28º C el sol pica y cualquier protección es poca. Cabe destacar que otro año más, se ve reducido el número de carrozas que acompañan a la Virgen de las Mercedes, pero la devoción es la misma. Cientos de personas acompañan el trono de la Madre de Dios durante todo el recorrido y muchos son vecinos que salen a las puertas de sus casas para ofrecerle plegarias, besos, flores… Cariño. Como el que se le tiene a una madre.

Tarde del 15 de agosto. Demasiadas olas, la Virgen no podrá ser embarcada. Aunque se sospechaba de antes, ahora se confirma.  Una noticia que se recibe con tristeza en el seno de la Hermandad Sacramental de la Virgen de las Mercedes, pero que no impide que las celebraciones sigan siendo alegres y solemnes.

La eucaristía comienza a las 20.00h y posteriormente la procesión. El viento cambia y entre el levante y el poniente las  palmeras del parque parecen danzar. Tras más de una hora de misa tiene lugar la procesión la procesión que pasará por las calles del pueblo, antes del regreso de la Patrona al templo. Durante el recorrido fueron numerosas las «levantás», dedicatorias de los portadores del trono de la Virgen cargadas de emoción. Las lágrimas afloran en los mensajes para familiares, amigos y vecinos fallecidos.

Comienzo de la procesión. Por Serifín Moral.

Se llega al tramo final de la procesión y parece que el tiempo se pausa. Como los últimos años atrás, a la gran interpretación de la Banda de Música de Dalías y la Banda del Cristo del Buen Amor se les une el paso a ritmo de la música del cuerpo de portadores. La imagen de la Madre de Dios parece danzar entre el mar de gentes, mientras ningún vecino se resiste a asomarse a puertas y ventanas, independientemente de la nacionalidad o religión. Todo es emoción. Voces temblorosas al entremezclarse con llantos alzan un «¡Viva la Virgen de las Mercedes!» al final de cada marcha.

Al final de la Calle del Mar llega uno de los momentos más esperados: la «petalá». Las calles aledañas están llenas, a la espera de ese momento. Y mientras suena la marcha de la Encarnación Coronada se canta el Ave María, al que todo el mundo se une. De repente, en la repetición del canto, el trono se eleva, bombos, platillos resuenan en las paredes de la calle y las voces de los portadores suben con ímpetu, mientras cae una verdadera lluvia de pétalos sobre la Patrona. Cuando el trono vuelve sobre los hombros, los gritos de alabanza a la Virgen se intensifican y los aplausos no quieren dejar de cesar. Para rematar, el Coro Sto. Cristo de la Luz interpreta una canción mostrando que la devoción no es sólo de balermeros.

Al no haber procesión marítima, el recorrido entra en la Plaza de la Torre, para poder mostrarle a la Virgen de las Mercedes el amor de su pueblo. Amor en forma de pólvora, ruido y colores. La peña ‘El Carrizo’ sabe realizar una gran ofrenda, al mismo tiempo que deleita a los presentas con sus espectaculares fuegos artificiales. Tras cada explosión, se puede escuchar un «¡oh!» exclamado por los fieles, fruto de la belleza de la pirotecnia.

Antes de retomar la marcha hacia la iglesia, otra «levantá», esta vez por el todavía párroco de Balerma, Don Jesús Martín, que ha sido destinado a Canjáyar tras menos de un año al servicio del pueblo balermero. Con ello se pide a la Virgen que lo guíe en su nuevo destino y que su obra en su nueva parroquia sea igual de buena que la que ha realizado hasta ahora.

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Retomada la procesión, es la Banda del Cristo del Buen Amor quien pone música al paso del trono. ‘Costalero’, una marcha emocionante con la que la Virgen de las Mercedes entra a la plaza de la iglesia subida en alto, como ella se merece. Pero antes de entrar en el templo, una dedicatoria especial a José Rodríguez Carrión, antiguo sacristán que falleció hace unos meses. Se le agradece su trabajo durante tantos años sirviendo en la parroquia, demostrando que los balermeros se acuerdan de quien no está en momentos importantes para ellos. Pasada la medianoche concluyen los actos, con la entrada de la Patrona en el templo.

Finalmente se pone de manifiesto que, en Balerma, por mucho poniente sigue habiendo embarque. Embarque en mar de gentes, en mar de lágrimas, en mar de devoción, por ver a la Virgen de las Mercedes bendiciendo las calles del pueblo que la ama.

 

Lorenzo Rubio Espinosa | @Lorenzo_Rubioo

 

 


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