Debido a las medidas por el COVID19, el núcleo costero de Balerma suprimió las festividades en honor a la patrona de los marineros. Sin embargo, se llevó a cabo la celebración de la misa, excepcionalmente en el Parque el Palmeral, velando por la seguridad de los asistentes y el respeto de la distancia interpersonal.
En otras condiciones los balermeros habrían gozado de alegría al ver el estado del mar durante todo día. Viento y oleaje perfectos para una procesión y embarque que no han podido realizarse. Como novedad, la Mayordomía ha presentado un nuevo decoro en el trono de la Imagen: la punta de un barco como peana.
Como es costumbre en las celebraciones tradicionales, en la misa se tuvo un recuerdo por las personas que fallecieron este año, especialmente por COVID19, y no han podido estar presentes en esta «fiesta». Igualmente, la Mayordomía hizo entrega de la medalla como hermana honorífica, a título póstumo, a la pequeña Mariló. Niña balermera que falleció a finales del año pasado con tan sólo 6 años. Mariló nació con atresia de vías biliares y se sometió a varias operaciones y transplantes. Su historia y la de su familia ha sido ejemplo de superación ante las adversidades.